“El 18 de octubre de 1899, la gente corrió a las ventanas. El cura de la Iglesia de la Candelaria se paró en el atrio y echó bendiciones y maldiciones, la gente no entendía y muchos se frotaban los ojos frente a lo que estaban viendo; algunos dijeron: eso tiene que ser una invención del demonio. Entre carcajadas, Coriolano Amador movía su mano derecha, saludaba a la gente, estaba sobre su último modelo De Dion Bouton, uno de los primeros automóviles que se construía en el mundo. Fue el primer automóvil que llegó a Colombia y el primero en Suramérica; era un automóvil rojo, convertible, para tres personas, que tenía el tanque de gasolina sobre el vidrio panorámico del conductor para que la gasolina bajara por gravedad.
Más espectacular que el automóvil, que era chiquito y brillante, que no tenía luz eléctrica, sino que por farolas tenía unas de petróleo o gasolina blanca, era ver al señor Tissnes, un italiano, bajarse del automóvil y darle tres o cuatro vueltas a la manivela para que el carro relinchara y, como los caballos, caminara una que otra cuadra más.
El carro estaba diseñado para las asfaltadas y planas calles de París, pero las empedradas y agrestes calles de Medellín deterioraron el carro rápidamente”.
Del programa con el antropólogo VÍCTOR ORTÍZ, sobre la vida de Coriolano Amador. Foto tomada de: banrepcultural.org
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