viernes, 13 de agosto de 2010

De la música en Medellín


Hace unos meses compartimos la cabina de Medellín, al derecho y al revés, con el maestro Luis Alberto Correa, director del Estudio Polifónico y de la Orquesta Filarmónica de Medellín. Aquí recordamos parte de la conversación, cuando nos hablaba del esplendor musical que se vivió en la ciudad entre las décadas del cincuenta y el sesenta.

"A finales de los años cincuenta y comienzos de los sesenta, Medellín vivió un momento de esplendor en la música. La Orquesta Sinfónica de Antioquia había sido cerrada por primera vez, pero aparecen los coros como salvadores de esta ciudad, con un personaje conocido por todos, llamado Rodolfo Pérez González, que sigue la tradición de su antecesor: el maestro José María Bravo Márquez.  Rodolfo Pérez comienza con la Coral Tomás Luis de Victoria, que inaugura el movimiento coral colombiano, es decir, que bajo el cuidado de Rodolfo, aparecen los directores y coros en ciudades como Popayán, Cali y Bogotá, además de las gentes que venían a pedirle que les enseñara a dirigir.

Los coros, al principio, eran masculinos, pero en el año 1963 aparece Alfred Greenfield un norteamericano, quien con la ayuda de Rodolfo Pérez, establecen los coros de las universidades, donde recuerdo que los tres primeros fueron el de la Universidad de Antioquia, el de la Pontificia Bolivariana y el de la Universidad de Medellín.  

Ese movimiento coral universitario fue tan importante que, posteriormente, dio origen a otra rama que fue la de los coros de entidades oficiales, que dieron, a su vez, la rama de los coros empresariales, entonces tuvimos Fabricato, Empresas Públicas, La Capilla Polifónica de Coltejer y fue creciendo así hasta finales de los sesenta y principios de los años setenta".

Imagen tomada de: www.periodicoelpulso.com

 

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